dimecres, 20 de març del 2019

RELEYENDO EL MANIFIESTO COMUNISTA

RELEYENDO EL MANIFIESTO COMUNISTA.

Muchos dicen que un texto escrito en 1848 poca virtualidad tiene hoy en día. Precisamente, todos los fenómenos que todo marxista debería hoy estar debatiendo como son la globalización y la crisis, me invitan a releer el texto de Marx y Engels, no para encontrar soluciones ni respuestas al estilo de los marxistas de manual, ni definiciones contradictorias como haría cualquier filisteo, sino para plantearme las cuestiones fundamentales y buscar las alternativas posibles, basándome en el sentido común de la clase obrera, en la correlación de fuerzas y en un análisis científico de la estructura de clases actual, en Catalunya, España, Europa y el mundo.

Sigo siendo partidario de una sociedad socialista, del socialismo, como diría Enrico Berlinguer, de un socialismo adaptado a las características de la sociedad en la que vivo, de un socialismo en la pluralidad que preserve todas las libertades excepto una: aquella que faculta que un individuo explote a otro. 

Uno de los capítulos desenmascara los socialismos erróneos es aquel que Marx y Engels dedican al socialismo reaccionario, que identifican de tres tipos: El llamado "socialismo feudal", aquel que bajo hegemonías aristocráticas, escriben libelos contra la sociedad burguesa moderna. Éste no comprende la marcha de la historia moderna, el paso dado desde una sociedad feudal a una sociedad burguesa y se limita a escribir pasquines repletos de amenazas sobre el porvenir y de ecos del pasado. Imputan a la burguesía que hayan creado una sociedad en la que lleva en su germen una clase social que, una vez organizada y constituida como clase nacional, hará saltar por los aires el antiguo orden social. Hoy éstos huyen del lenguaje tradicional, reniegan de la existencia de esta clase (el proletariado), hablan de "los de abajo" en sus panfletos y no hablan de organizar a la clase, sino justo lo contrario.

Habla también del "socialismo pequeñoburgués". Según dice el manifiesto, "En los países donde se ha desarrollado la sociedad moderna, se ha formado-y, como parte complementaria de la sociedad burguesa, sigue formándose sin cesar-una nueva clase de pequeños burgueses que oscila entre el proletariado y la burguesía. Pero los individuos que la componen se ven continuamente precipitados a las filas del proletariado a causa de la competencia y, con el desarrollo de la gran industria, ven aproximarse el momento en que desaparecerán por completo como fracción independiente de la sociedad moderna y en que serán reemplazados en el comercio, en la manufactura y en la agricultura por capataces y empleados". Esta pequeña burguesía hoy se ve además adicionada por sectores rentistas, free lancers, toda clase de emprendedores que están al margen de la producción, que provienen de intersticios de la gran burguesía, a los que llamaré "burguesía intersticial". Esta fracción está intentando utilizar al proletariado como carne de cañón en su batalla contra la gran burguesía, para asegurarse un lugar bajo el sol de la sociedad capitalista. Cuestiona los efectos de la globalización (algunos), pero no sus causas. Son capaces de llevarte o al Brexit o a un estado - paraíso fiscal, pero no entrarán en la contradicción capital-trabajo.

Finalmente hablan del "·socialismo verdadero" con sorna, claro está, de aquel socialismo que se aplica "por principios", sin tener en cuenta ni el punto de partida de las sociedades ni el desarrollo de los cambios de la sociedad feudal a la sociedad burguesa. Hablan de que, en su día los filósofos alemanes del siglo XVIII asimilaron las transformaciones en Francia "como se asimila una lengua extranjera: por traducción". No tener en cuenta el carácter del estado que está naciendo, las posibilidades que ofrece por un lado, o pensar que en todos los países suceden los mismos fenómenos y que sólo hay que aplicar recetas de manual es un mal que ha perseguido a todos los que se reclaman del marxismo como método de análisis.

Hemos vivido el siglo XX, el siglo de la Revolución. Debemos leer con atención lo sucedido e interpretar el mundo desde una visión propia, por lo que los manuales no sirven. Debemos investigar las clases sociales hoy en día, sus fracciones, las nuevas contradicciones que surgen y aquellos fenómenos que debemos trabajar para avanzar hacia el objetivo socialista expresado en palabras de Berlinguer, pero que yo me atrevo a llamar el manifiesto de los marxistas del siglo XXI. Debemos realizar esta tarea pedagógica para construir una propuesta política que parta de que, si las clases sociales existen y siguen luchando entre sí, seamos capaces de constituir en sí y para sí el proletariado en este siglo. Para ello debemos analizar rigurosamente los dos temas que anunciaba al principio: la globalización y la crisis.

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