dilluns, 9 d’abril del 2018

La Maternité d'Elne, una luz que no se debe apagar.

LA MATERNITÉ D'ELNE, UNA LUZ QUE NO SE DEBE APAGAR.

Febrero de 1939...las tropas republicanas y gran parte de la población civil de Catalunya y también de otros puntos de España pasaron la frontera por distintos puntos, La Jonquera, el Coll d'Ares, Bourg Madame...muchísima gente , todos vencidos huía del terror fascista, del Régimen de Franco que ya había dado muestras de su ferocidad durante la Guerra de España, en Andalucía, Extremadura, Galicia, Castilla...en medio de uno de los inviernos más crudos millares de familias marcharon con lo puesto y la mayoría, los que no tenían pasaporte ni salvoconducto fueron internados en campos de concentración, vigilados por la Legión Extranjera e ignorados por mucha gente...salvo por el PCF, el Socorro Rojo y la CGT, que fueron las únicas organizaciones que con enormes dificultades y contra la represión del propio estado francés de Pétain, osando contravenir al gobierno hacían llegar algunas cosas a los refugiados españoles en Saint Cyprien, en Barcarés, en Argelés y en tantos campos en Francia.

He hecho una salvedad...bueno, fueron también muchas personas individuales, que habían ayudado humanitariamente a la República Española. Personas como Elisabeth Eidenbenz, una enfermera suiza de la Cruz Roja que estuvo en varios hospitales de la República y que tuvo también que salir de España. Esta señora observó cómo eran tratados los refugiados españoles y se fijó sobre todo en las mujeres y en los niños. Muchos morían de desnutrición e infecciones y muchas mujeres embarazadas que no podían dar a luz con un mínimo de condiciones y de seguridad o morían ellas, o sus hijos o a veces madre e hijo o hija. Elisabeth Eidendenz, de religión protestante y movida por el impulso humanitario que la llevó a España se las arregló para hacerse con un edificio a las afueras de Elne, población del Rosellón cercana a Perpignan, hacer de este edificio sede del Gobierno Suizo y  con algunas mujeres más montó un servicio de maternidad, salvando todas las dificultades primero con el Gobierno de Vichy y después con los ocupantes alemanes hasta que a mitad de 1944 tuvo que abandonar el edificio. Se calcula que más de 500 niños y niñas pudieron nacer y sobrevivir en la Maternité, así como muchas mujeres, que se apropiaron del espacio como un espacio de la mujer. Esta historia hubiese sido olvidada a no ser por la decidida actuación de la Commune d'Elne presidida por el alcalde Nicholas Garcia del PCF y por los propietarios del edificio, que al final fue comprado por la municipalidad y convenientemente recuperado para la memoria del exilio republicano, con la colaboración de la Generalitat y del Conseller Joan Saura.. Hoy forma parte del patrimonio cultural francés y eso la ha salvado de ser vendida por la actual administración local de Elne, gobernada ahora por una extraña coalición que va desde los amigos de Le Pen hasta algunos (?) socialistas...todo muy triste.

La luz que encendió Elisabeth, que luego recuperó el municipio de Elne corre el riesgo de ser apagada. Hoy la visitas a la Maternité han visto recortado el horario, sólo se puede visitar de 10 h a 12 h. y su historia pretende ser edulcorada por un extraño sentimiento chauvinista, que pretende soslayar la figura y la aportación de Elisabeth Eidenbenz y enaltecer a otras personas, de nacionalidad francesa que poco o nada hicieron allí.

CCOO va a inaugurar el próximo 17 de Abril a las 18 h. una exposición titulada "Que no s'apagui la llum d'Elne", donde participará Nicholas Garcia, ex-alcalde de Elne junto a otras personas de la máxima dirección nacional de CCOO. Una de las tareas del sindicato es la recuperación de la memoria histórica a través de la Fundación Cipriano García, y en este orden de cosas, se ha propuesto rescatar la memoria de la Materniité. Ojalá que esta exposición sirva para el objetivo final de mantener, consolidar y rescatar el proyecto de la Maternité, hoy amenazado por unas gentes a las que molesta la memoria histórica o a las que los temas de los refugiados les dan miedo. Ojalá esto sirva también para unas sociedades que sean de acogida y refugio de aquellas personas que marchan obligadas de sus países perseguidas y despreciadas por los estados. Y también que sirva para incrementar las visitas a la Maternité de Elne, para que allí podamos ver in situ la enorme tarea que allí se hizo desde 1939 hasta 1944, en condiciones extremadamente difíciles, así como para recordar la figura de Elisabeth Eidenbenz, enfermera suiza.

JORDI RIBO FLOS  9 de Abril de 2018.

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